Continuando con la reflexión sobre el caso de Mobbing denunciado en nuestro servicio, para analizar el proceso gatillado por las denuncias, también es importante dar cuenta de que se han producido dos importantes cambios, que debemos reconocer y potenciar como actitudes permanentes entre nosotros.
Lo primero es que las cuestiones de clima laboral, de trato en los espacios de trabajo, se han puesto al centro de nuestras discusiones. Y no sólo como una cuestión de reflexión teórica o simplemente general, sino como una preocupación concreta que involucra la reafirmación de nuestro derecho y el de todos nuestros colegas a desenvolvernos en espacios laborales sanos y motivantes. Se trata, además de un derecho que estamos dispuestos a asumir como responsabildad, y a actuar en función de construir estos espacios.
Lo segundo es que muchos han perdido el temor a denunciar las prácticas de maltrato que los afectan. Quizás porque han aprendido a identificarlas, a reconocer que no se trata de situaciones ni normales, ni aceptables. Quizás porque han sentido el respaldo de nuestra asociación y de sus colegas en este proceso. Quizás porque se han visto resultados concretos de las denuncias realizadas.
En este período se produjo una fuerte exigencia hacia el Directorio Regional de la Dirección, que tuvo que responder a una intensa actividad, incluyendo la realización de asambleas con nuestros asociados, las conversaciones con los colegas afectados por las prácticas denunciadas y otras situaciones de maltrato laboral, reuniones con el Subdirector de Recursos Humanos y otros directivos del servicio, etc.
Pero a la vez nos ha permitido acercarnos a nuestros asociados y mostrarle al conjunto de los funcionarios que se desempeñan en la Dirección Nacional, que nuestra asociación y sus dirigentes están presentes y comprometidos con sus necesidades, con sus demandas y con sus anhelos.
Lo primero es que las cuestiones de clima laboral, de trato en los espacios de trabajo, se han puesto al centro de nuestras discusiones. Y no sólo como una cuestión de reflexión teórica o simplemente general, sino como una preocupación concreta que involucra la reafirmación de nuestro derecho y el de todos nuestros colegas a desenvolvernos en espacios laborales sanos y motivantes. Se trata, además de un derecho que estamos dispuestos a asumir como responsabildad, y a actuar en función de construir estos espacios.
Lo segundo es que muchos han perdido el temor a denunciar las prácticas de maltrato que los afectan. Quizás porque han aprendido a identificarlas, a reconocer que no se trata de situaciones ni normales, ni aceptables. Quizás porque han sentido el respaldo de nuestra asociación y de sus colegas en este proceso. Quizás porque se han visto resultados concretos de las denuncias realizadas.
En este período se produjo una fuerte exigencia hacia el Directorio Regional de la Dirección, que tuvo que responder a una intensa actividad, incluyendo la realización de asambleas con nuestros asociados, las conversaciones con los colegas afectados por las prácticas denunciadas y otras situaciones de maltrato laboral, reuniones con el Subdirector de Recursos Humanos y otros directivos del servicio, etc.
Pero a la vez nos ha permitido acercarnos a nuestros asociados y mostrarle al conjunto de los funcionarios que se desempeñan en la Dirección Nacional, que nuestra asociación y sus dirigentes están presentes y comprometidos con sus necesidades, con sus demandas y con sus anhelos.
1 comentario:
Es potente cuando en una organización se da el espacio para reconocer y celebrar los avances. Mis felicitaciones
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