Estamos a algo más de un mes de que se hiciera pública la denuncia por Mobbing en el SII realizada por ANEIICH el pasado 7 abril. Esta denuncia abrió un conflicto entre la dirección del servicio y nuestra organización que, a pesar de los avances que se han concretado, aún se encuentra en desarrollo.
En este proceso, se produjo la renuncia de las dos principales jefaturas involucradas en las denuncias de maltrato: en la UCD y en el Departamento de Finanzas. Se trata de medidas que, en nuestra opinión, dan cuenta de la solidez de las denuncias realizadas y del accionar sindical, por una parte, y de la toma de conciencia por parte de la dirección del servicio de la gravedad de las situaciones denunciadas, por otra. Sin duda, estas medidas son un primer paso en función de resolver las situaciones pendientes y reparar los daños realizados, pero se requiere profundizar la evaluación de esta experiencia sobre todo para prevenir que situaciones de esta gravedad puedan repetirse en nuestra institución.
La visión de una institución capaz de construir ambientes laborales sanos y de respeto, requiere de esfuerzos continuos y de políticas de recursos humanos capaces de promover el desarrollo y la participación de las personas en sus espacios laborales. Es impensable realizar este proceso sin involucrar al conjunto de actores que participan de la organización. Para nosotros, es claro que en función de prevenir situaciones como las denunciadas, la capacitación específica de las jefaturas de nuestro servicio resulta una respuesta absolutamente insuficiente.
Las alternativas son claras: se requiere desarrollar un proceso de aprendizaje que permita a la institución, a los funcionarios y a las organizaciones de trabajadores aportar en esta construcción. De lo contrario, los problemas de los climas laborales seguirán supeditados a la dinámica de los estallidos y el conflicto.
En este proceso, se produjo la renuncia de las dos principales jefaturas involucradas en las denuncias de maltrato: en la UCD y en el Departamento de Finanzas. Se trata de medidas que, en nuestra opinión, dan cuenta de la solidez de las denuncias realizadas y del accionar sindical, por una parte, y de la toma de conciencia por parte de la dirección del servicio de la gravedad de las situaciones denunciadas, por otra. Sin duda, estas medidas son un primer paso en función de resolver las situaciones pendientes y reparar los daños realizados, pero se requiere profundizar la evaluación de esta experiencia sobre todo para prevenir que situaciones de esta gravedad puedan repetirse en nuestra institución.
La visión de una institución capaz de construir ambientes laborales sanos y de respeto, requiere de esfuerzos continuos y de políticas de recursos humanos capaces de promover el desarrollo y la participación de las personas en sus espacios laborales. Es impensable realizar este proceso sin involucrar al conjunto de actores que participan de la organización. Para nosotros, es claro que en función de prevenir situaciones como las denunciadas, la capacitación específica de las jefaturas de nuestro servicio resulta una respuesta absolutamente insuficiente.
Enfrentar cabalmente la cuestión del maltrato laboral, del mobbing o del abuso de poder, requiere la implementación de procesos de evaluación de jefaturas transparentes y abiertos a la participación de los funcionarios; y a al vez, la construcción de indicadores y mecanismos de dialogo bipartito que permitan identificar situaciones de maltrato hacia los funcionarios que laboran en el SII. En resumen, requiere modificar el paradigma desde el cual se enfrenta la gestión de recursos humanos, para fortalecer la capacidad de los funcionarios de influir en los procesos de nuestra organización, desde la confianza en su compromiso, sus capacidades y conocimientos. En resúmen, se trata de asumir un paradigma de gestión consecuente con la institución pública de excelencia que visualizamos ser.
Las alternativas son claras: se requiere desarrollar un proceso de aprendizaje que permita a la institución, a los funcionarios y a las organizaciones de trabajadores aportar en esta construcción. De lo contrario, los problemas de los climas laborales seguirán supeditados a la dinámica de los estallidos y el conflicto.
1 comentario:
Tu planteamiento me parece muy sólido, es una parte del cambio de paradigmas al que parecemos avanzar, jefaturas que estimulan el dialogo y la participación, y sindicatos que protegen los procesos y el respeto a las personas.
Lo importante es que esto no se dará de inmediato ni sólo, requiere tiempo, respeto mutuo y esfuerzo de todos para que ocurra
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