Es casí una tautología decir que la ética de una persona se construye y se expresa a través de su accionar. De la misma manera, y a lo mejor resulta menos obvio, la ética de una organización se construye en su toma de decisiones. Entonces, más allá de lo que quede escrito en la misión, la visión y el plan estratégico de una organización, como nuestro servicio de impuestos internos, es en situaciones concretas cuando se puede evaluar claramente sobre que bases éticas se desarrolla la organización.
Es en lo concreto, en situaciones complejas, cuando las respuestas no son fáciles, que el accionar de las personas y las organizaciones son, sin duda más que las palabras y las declaraciones, lo que las define y les muestra su reflejo en el espejo.
Lo cierto es que las situaciones complejas son pan de cada día en los espacios de trabajo. En los últimos días hemos enfrentado el caso de un colega que sufrió un accidente de tránsito en el que murió una persona. El caso se encuentra en fase de investigación, y serán los tribunales los que determinen las responsabilidades que en el caso correspondan. Nuestra asociación ha asumido, de acuerdo con sus principios, el apoyar, en la medida de sus capacidades, a nuestro colega en esta difícil situación que está viviendo.
La dirección del servicio, por su parte, ha decido sugerirle al colega que renuncie, y luego anunciarle el término inmediato de su contrato. Ésto argumentando criterios de probidad, y el estar actuando para proteger la imágen del servicio. Y es en estas situaciones concretas que vale la pena preguntarse cuál es la ética que construye nuestra organización.
¿Habrá evaluado alguién cómo esta decisión empeora el ya difícil momento que vive nuestro compañero? ¿Porqué ha decidido la dirección del servicio adelantarse y reemplazar a los tribunales en la determinación de responsabilidades y sanciones? ¿Quién y cómo se evalúa que la imágen del servicio, si es que estuviera en riesgo, es un valor más importante que la premanencia de un colega en su trabajo?
La construcción de una ética compartida es una tarea central en el desarrollo del SII. Éste ha sido uno de los esfuerzo centrales que hemos asumido en la ANEIICH regional. Y aún cuando, en este caso estamos convencidos que la dirección del servicio comete un error, reconocemos que hemos tenido importantes avances en este sentido.
Hemos tenido en la Dirección Nacional casos de colegas gravemente enfermos, y en éstos, se han expresado notables acciones de solidaridad de parte de los funcionarios, de las organizaciones que convivimos en el servicio, y un accionar de parte de la dirección del servicio que les ha brindado un importante apoyo. De la misma manera, hemos logrado articular e iniciar una coordinación entre nuestra organización y la dirección del servicio para apoyar a aquellos colegas que se han visto en situaciones económicas complicadas.
Es en lo concreto, en situaciones complejas, cuando las respuestas no son fáciles, que el accionar de las personas y las organizaciones son, sin duda más que las palabras y las declaraciones, lo que las define y les muestra su reflejo en el espejo.
Lo cierto es que las situaciones complejas son pan de cada día en los espacios de trabajo. En los últimos días hemos enfrentado el caso de un colega que sufrió un accidente de tránsito en el que murió una persona. El caso se encuentra en fase de investigación, y serán los tribunales los que determinen las responsabilidades que en el caso correspondan. Nuestra asociación ha asumido, de acuerdo con sus principios, el apoyar, en la medida de sus capacidades, a nuestro colega en esta difícil situación que está viviendo.
La dirección del servicio, por su parte, ha decido sugerirle al colega que renuncie, y luego anunciarle el término inmediato de su contrato. Ésto argumentando criterios de probidad, y el estar actuando para proteger la imágen del servicio. Y es en estas situaciones concretas que vale la pena preguntarse cuál es la ética que construye nuestra organización.
¿Habrá evaluado alguién cómo esta decisión empeora el ya difícil momento que vive nuestro compañero? ¿Porqué ha decidido la dirección del servicio adelantarse y reemplazar a los tribunales en la determinación de responsabilidades y sanciones? ¿Quién y cómo se evalúa que la imágen del servicio, si es que estuviera en riesgo, es un valor más importante que la premanencia de un colega en su trabajo?
La construcción de una ética compartida es una tarea central en el desarrollo del SII. Éste ha sido uno de los esfuerzo centrales que hemos asumido en la ANEIICH regional. Y aún cuando, en este caso estamos convencidos que la dirección del servicio comete un error, reconocemos que hemos tenido importantes avances en este sentido.
Hemos tenido en la Dirección Nacional casos de colegas gravemente enfermos, y en éstos, se han expresado notables acciones de solidaridad de parte de los funcionarios, de las organizaciones que convivimos en el servicio, y un accionar de parte de la dirección del servicio que les ha brindado un importante apoyo. De la misma manera, hemos logrado articular e iniciar una coordinación entre nuestra organización y la dirección del servicio para apoyar a aquellos colegas que se han visto en situaciones económicas complicadas.
Es por eso que seguiremos trabajando para desarrollar un proceso de aprendizaje que permita a la institución, a los funcionarios y a las organizaciones de trabajadores aportar en la construcción de una ética compartida, puesta al servicio de una servicio de excelencia capaz de incorporar plenamente a todos quienes trabajan en él.
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