La negociación del reajuste del Sector Público para este año 2005 fue quizás la más compleja de los últimos años para las 14 organizaciones de trabajadores que representan a los funcionarios públicos. En ambiente electoral, y sentados frente a los mismos interlocutores con quienes no ha sido posible llegar a acuerdos durante los últimos años, la Mesa del Sector Público presentó, en julio de este año, un documento para iniciar la negociación que contemplaba 14 temáticas.
Finalmente fueron convocados por el ministro Eyzaguirre 7 días antes del plazo en que la Ley de Presupuesto debía ingresar el parlamento, y con este argumento se restringió la negociación sólo a la cifra de reajuste general de las remuneraciones del Sector Público. Las posiciones iniciales fueron, por una parte, la Mesa de Sector Público planteando un 8% de reajuste, y el gobierno del presidente Lagos ofreciendo un 3,5%, cifra que, anecdóticamente, es inferior en cerca de 1% a la inflación proyectada para el año 2005.
El resultado de esta negociación es ya conocido por todos: el reajuste general fue de un 5%, el más alto de todo el período presidencial, y se otorgaron una serie de reajustes de los bonos y aguinaldos, además de un bono de fin de conflicto. El detalle de esta información puede encontrarse en el sitio web de ANEF, pinchando el link que encabeza este parrafo. Lo cierto es que existen varios elementos positivos en el resultado de la negociación. Por una parte, se mantuvo la unidad de la Mesa del Sector Público, encabezada por la CUT. Por otra, el llegar al 5%, aunque lejos del planteamiento de los trabajadores, es un resultado que al menos logra mantener el poder adquisitivo de los funcionarios públicos. Pero, más allá de las cifras concretas, observado en un contexto más global: ¿qué significado tiene para los funcionarios públicos este reajuste?
Para Hugo Fazio, destacado economista de CENDA, la situación se resume de la siguiente manera : "El reajuste real de los funcionarios públicos es inferior a 1%. El promedio de sus incrementos durante todo el sexenio Lagos es de 0,8%, colocándose por debajo de los reducidos aumentos generales de remuneraciones a nivel nacional y de las variaciones registradas en la productividad. Al ser el aumento de los sueldos y salarios inferior a la mayor riqueza creada por el factor productivo trabajo se sigue deteriorando la distribución de los ingresos y en ese retroceso generalizado el sector público es particularmente afectado."
Los invito a leer el análisis de Hugo Fazio en detalle, ya que muestra con claridad los resultados de una gestión de 6 años para los trabajadores públicos. Aún está por realizarse una evaluación más detenida del gobierno del presidente Lagos desde la perspectiva de los trabajadores chilenos, aunque los temas tratados en la campaña presidencial, y la larga enumeración de deudas y pendientes permiten adelantar el resultado. Aún así, está claro que, al menos, para el sector público la balanza se inclina hacia los números rojos.